Muchos hombres se ven afectados por la disfunción eréctil, la impotencia y la disfunción eréctil. Aunque la impotencia suele tener tratamiento, ¿existe una cura?
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Información sobre la impotencia
Disfunción eréctil, impotencia y disfunción eréctil se utilizan a menudo indistintamente. La impotencia puede describirse como un término general que engloba muchas disfunciones eréctiles. La disfunción eréctil suele denominarse impotencia. Es cuando un hombre no puede concebir o mantener una erección durante las relaciones sexuales. La impotencia también abarca trastornos como la eyaculación y la incapacidad de procrear.
La mayor parte de este artículo se centra en la disfunción eréctil. Las causas de la impotencia son muchas y pueden afectar a cualquier persona. La probabilidad de experimentar una disfunción eréctil aumenta con la edad, especialmente en casos como éste.
Impotencia: Causas
Es esencial comprender la causa fundamental de la impotencia antes de poder tratarla. Sólo entonces se podrá identificar y tratar la causa fundamental de la impotencia. La disfunción eréctil o impotencia puede deberse a causas tanto psicológicas como físicas.
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Causas
La función eréctil se basa en un suministro de sangre saludable y no afectado. La función eréctil se ve afectada cuando se interrumpe el flujo sanguíneo. Los problemas circulatorios suelen ser los responsables de la disfunción eréctil.
La arteriosclerosis, o endurecimiento de los vasos sanguíneos, es una causa común de los problemas de erección. Esta calcificación hace que la sangre se obstruya, lo que también puede afectar a la función eréctil. La hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares son causas comunes de la disfunción eréctil. La presión arterial alta puede hacer que los vasos pierdan su elasticidad, lo que a su vez provoca una mala circulación sanguínea. La misma capa celular que afecta a los vasos del pene también puede afectar al sistema cardiovascular. La capa celular puede liberar sustancias mensajeras, que pueden constreñir los vasos sanguíneos y dificultar la circulación de la sangre. Lo mismo ocurre con los vasos del pene. Impiden que la sangre fluya lo suficiente como para que se hinche. La disfunción eréctil puede ser un signo de ataque al corazón en los hombres.
La diabetes puede causar disfunción eréctil, así como problemas circulatorios. La diabetes puede provocar el estrechamiento de los vasos sanguíneos si no se controla adecuadamente. El pene podría no recibir suficiente sangre. La disfunción eréctil también puede estar causada por deficiencias del sistema nervioso central, como la esclerosis múltiple y la hernia discal. Las señales nerviosas que hacen que la erección deje de funcionar no pueden llegar a su objetivo.
La función eréctil también depende de la testosterona. La disfunción eréctil suele estar causada por una deficiencia de testosterona. La disfunción eréctil suele estar asociada a una deficiencia de testosterona. La testosterona regula el deseo sexual y otras funciones que son cruciales para la función eréctil. La disfunción eréctil puede ser causada a menudo por una deficiencia de esta hormona.
Razones psicológicas
Las causas psicológicas también pueden provocar impotencia. La disfunción eréctil suele estar causada por factores psicológicos, especialmente en los hombres jóvenes. Las causas psicológicas pueden hacer que el cerebro deje de enviar o crear estímulos sexuales. Esto significa que las señales nerviosas esenciales para la función eréctil no pueden activarse.
El estrés es la causa más común de la disfunción eréctil. El estrés puede provocar desequilibrios hormonales y alteraciones en la vida personal o profesional. Esto se debe a que se liberan demasiadas hormonas del estrés. La disfunción eréctil puede ser consecuencia de la hipertensión arterial, que suele estar causada por la sobrecarga de los vasos sanguíneos.
La impotencia también puede estar causada por enfermedades mentales graves como la esquizofrenia o la depresión. Estas enfermedades pueden provocar trastornos cerebrales que alteran el metabolismo, lo que hace que se supriman sensaciones como el deseo y el ansia. No se pueden enviar las señales nerviosas necesarias para inducir la erección.
La impotencia también puede estar causada por traumas como los abusos sexuales en la infancia. La disfunción eréctil también puede estar causada por factores psicológicos, como la baja confianza en sí mismo y las dificultades en la relación.
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Existen muchas opciones de tratamiento para la impotencia
El tratamiento individual de la impotencia depende de la causa. Siempre debe basarse en ella. Hay que abordar la condición subyacente o eliminar la causa. Esto le permitirá tratar la impotencia e incluso curarla.
Estos trastornos deben tratarse primero si la impotencia se debe a trastornos circulatorios. La arteriosclerosis es a menudo responsable de la disfunción eréctil. La función eréctil suele volver a aumentar si se trata esta afección y se mejora la circulación sanguínea. La disfunción eréctil también puede reducirse si se controla la diabetes.
Si se aborda la causa fundamental de la impotencia, puede tratarse. La función eréctil puede mejorarse reduciendo el estrés. La terapia con un psicólogo, terapeuta sexual o consejero puede ser muy beneficiosa en el tratamiento a largo plazo de la impotencia.
El tratamiento exacto de la impotencia dependerá de cuál sea la causa. Por ejemplo, una lesión nerviosa puede dificultar a veces el restablecimiento de la función eréctil completa. La causa subyacente no suele tratarse inmediatamente. También puede ser beneficioso tratar la causa subyacente de la disfunción eréctil. Hay muchos tratamientos prometedores para la impotencia que pueden utilizarse mientras tanto. Descubra más sobre las diferentes opciones de tratamiento disponibles aquí.
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